La resistencia al franquismo en la década de los 60 (I). Aspectos generales
“…Luchamos por salir de las tinieblas a la luz aunque duelan los ojos, aunque sea difícil acostumbrarnos. Y para salir de las tinieblas tenemos en el marxismo el hilo de Ariadna que nos conduce…”
Dolores Ibarruri. Discurso a la juventud VI Congreso del PCE (1960)
Un artículo de nuestro historiador Juan Francisco Arenas de Soria
El comienzo de una década
Un nuevo marco internacional ponía fin a la década de los 50 y abría la de los 60, con el inicio del período que conocemos como “coexistencia pacífica”, dejando atrás los duros momentos vividos en el final de la década de los 40 y década de los 50. La muerte de Stalin en 1953 y la política emprendida por el nuevo Secretario General del PCUS y Presidente de la Unión Soviética, Nikita Kruschev, a partir del XX Congreso, produce un viraje en el campo socialista, a partir de 1956, que lleva a las primeras propuestas de desarme de los dos bloques. Un contexto mundial convulso en el que los pueblos de África y Asia accedían a su independencia, China tomaba un nuevo protagonismo y en América Latina los movimientos de liberación configuraban un nuevo escenario, destacando la Revolución Cubana. En la misma línea, la Conferencia de Roma en noviembre de 1959 unía a los Partidos Comunistas de la Europa Occidental con una declaración que reclamaba la democratización dando la palabra a los pueblos y limitando el papel de los monopolios capitalistas, señalando directamente la situación de Portugal, España y Grecia. Una política de “coexistencia pacífica” que no ponía fin a la Guerra Fría, como mostró la URSS con la invasión de Hungría en noviembre de 1956, como advertencia de que no permitiría injerencias en sus zonas de influencia.
España vivía una situación económica compleja, que le lleva a impulsar con la colaboración de los EE.UU los conocidos como “planes de estabilización”, ingresando en la OCDE. La crisis económica afectó duramente al país, iniciándose un proceso de emigración interior y exterior, ante la falta de perspectivas que el país daba a una población que se encontraba en una dinámica de crecimiento demográfico.
Entre finales de diciembre de 1959 y comienzos de enero de 1960 se celebraba en Praga el VI Congreso del PCE, tras las movilizaciones en el interior, que aún sin haber sido un éxito, si mostraban la fortaleza de la organización y su capacidad de movilizar dentro y fuera del país. Un Congreso que contaría con una amplia participación de la delegación del interior, lo que vinculaba los resultados del mismo con la realidad de la España del momento.
Las principales líneas de trabajo, como explica el profesor Francisco Erice son las siguientes:
1. Mantenimiento de los cambios emprendidos en el V Congreso (1954) y en 1956. Cambios que venían simbolizados en el nombramiento de Santiago Carrillo como Secretario General, pasando Dolores Ibarruri a la Presidencia.
2. Revisión de la política de Reconciliación Nacional, con dos claras consignas: movilización social y fortalecimiento del aparato del Partido en el interior
3. Actualización del programa político liderada por Fernando Claudín bajo las premisas de una revolución en dos fases: conquista de la democracia y construcción del socialismo. Entre los aspectos a destacar está la centralidad de la reforma agraria.
4. Fortalecimiento de la organización y de la organicidad
5. Presentación en el marco del 40 aniversario del PCE de la Historia del PCE, proyecto liderado por Dolores Ibarruri, con una clara intención de fortalecimiento identitario
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