Un paseo por las fosas de Víznar
Este fin de semana he subido a las fosas de Viznar y he podido comprobar el magnífico trabajo que está realizando el equipo arqueológico de la UGR, dirigido por Paco Carrión. En cuatro campañas, han abierto 15 fosas y exhumado ya a 114 víctimas. Al menos 50 familias están esperando la identificación genética para recuperar los restos de sus seres queridos y darles una sepultura digna. De momento, estas familias tienen que esperar, pues el Laboratorio de Identificación Genética no da abasto, tras haber recibido más de mil restos de Pico Reja, en Sevilla, una de las fosas más grandes de Andalucía
Visita de grupos escolares
Cuando estuve en Víznar, varios grupos escolares visitaban las fosas. Allí son informados por el historiador Rafael Gil Bracero sobre el golpe militar y la brutal represión franquista contra miles de personas que fueron asesinadas por defender la legalidad democrática de la República.
Los estudiantes preguntan por las familias que reclaman los restos de los desaparecidos. Han pasado 88 años, desde que los franquistas cometieron aquellos crímenes y, en consecuencia, los hijos de las víctimas ya han fallecido, con la pena de no haber recuperado los restos de sus padres. Ahora son los nietos los que buscan a los abuelos.
Hace unos días, uno de estos familiares sufrió una agresión, por parte de un ultraderechista, cuando visitaba la fosa en la que podría estar enterrado su abuelo. El agresor le golpeó y le gritó con desprecio: "Pocos hay aquí enterrados". Este grave suceso pone de manifiesto que es urgente introducir la memoria democrática en el sistema educativo andaluz.
El antiguo molino, convertido en laboratorio
El equipo de antropólogos ha instalado el laboratorio en el antiguo molino de Víznar, donde analiza los restos óseos procedentes de las fosas. Preside la habitación una bandera republicana y sobre una mesa han reconstruido el esqueleto de una de las víctimas. Tiene un orificio de bala en la zona frontal de cráneo y proceden a identificarla. De momento, saben que se trata de un hombre de unos 50 años, que presenta un disparo mortal en la frente, tras ser ejecutado con una pistola y a corta distancia. A la sesión antropológica asisten tres jóvenes estudiantes que están haciendo un Máster de Criminología.
Esto me recuerda que los jueces siguen negándose a levantar acta judicial a pie de fosa; por este motivo, antropólogos físicos y médicos forenses están documentando los restos, pues son pruebas de crímenes contra la humanidad y podrían ser utilizados, en caso de abrirse en un futuro un proceso judicial.
Paco Carrión, arqueólogo de la UGR que dirige las campañas de exhumaciones en Viznar, me dice que han localizado otras dos fosas, que serán abiertas en breve. Y en Ia próxima campaña, se desplazarán hasta Puerto Lobo para seguir exhumando a más víctimas, pues calcula que puede haber hasta 200.
Ahora, han solicitado sus servicios para abrir una fosa en Huelva, pero después volverán a Granada para localizar y exhumar las fosas del Carrizal, en el municipio alpujarreño de Órgiva, donde estima que puede haber enterradas centenares de víctimas procedentes de La Desbandá. Y tampoco olvida a Nieves Galindo, nieta adoptiva del maestro Dioscoro Galindo, que lleva 25 años buscando los restos de su abuelo, asesinado junto a Federico García Lorca.